El gran Gatsby

Y así, vamos hacia adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado. Así, con melancólico  fatalismo termina El gran Gatsby, una novela unida indefectiblemente a la imagen de Robert Redford y Mia Farrow. Un relato pesimista de la agitación y las esperanzas frustradas. El héroe es un ser mutilado, incapaz de ver más allá de su propia maquinación. No todo depende de la voluntad. Ni de la mirada que pongamos sobre los otros. Y por supuesto, la corriente es engañosa. En los grandes remolinos, puede parecer, momentáneamente, que avanzamos.

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