Archivo de Categorías: LECTURAS
Exhortación
Mujeres, sed sumisas, es el momento de aprender la obediencia leal y generosa. Someteos al juicio de otra persona, a otra jurisdicción, renunciad a vuestro fuero. Enajenaos. Olvidad los cantos de sirena de la autonomía, la responsabilidad personal, convertíos
Exhortación
Mujeres, sed sumisas, es el momento de aprender la obediencia leal y generosa. Someteos al juicio de otra persona, a otra jurisdicción, renunciad a vuestro fuero. Enajenaos. Olvidad los cantos de sirena de la autonomía, la responsabilidad personal, convertíos
Adamsberg
Fred Vargas ha creado un personaje magnético, Jean-Baptiste Adamsberg. El policía sinestésico cuyos procesos mentales son a la vez vagos y certeros. Un detective que comparte con sus predecesores carácter y procedimientos ajenos a lo establecido, si bien, en comparación
Si me escuchara
me entendería, ese es el título, lúcido, de un libro esclarecedor al que vuelvo con cierta frecuencia. Un libro de psicología. De la comunicación y de las relaciones, de sus enredos, de sus limitaciones, de sus posibilidades. Lo firman Jacques
Si me escuchara
me entendería, ese es el título, lúcido, de un libro esclarecedor al que vuelvo con cierta frecuencia. Un libro de psicología. De la comunicación y de las relaciones, de sus enredos, de sus limitaciones, de sus posibilidades. Lo firman Jacques
El gran Gatsby
Y así, vamos hacia adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado. Así, con melancólico fatalismo termina El gran Gatsby, una novela unida indefectiblemente a la imagen de Robert Redford y Mia Farrow. Un relato pesimista
El gran Gatsby
Y así, vamos hacia adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado. Así, con melancólico fatalismo termina El gran Gatsby, una novela unida indefectiblemente a la imagen de Robert Redford y Mia Farrow. Un relato pesimista
Merecidos finales
Roald Dahl se manejaba perfectamente en las turbiedades, las grandes y las pequeñas, sobre todo en las casi imperceptibles pero que una tras otra acaban creando montañas de materia en descomposición a las que basta una chispa para explotar o
Merecidos finales
Roald Dahl se manejaba perfectamente en las turbiedades, las grandes y las pequeñas, sobre todo en las casi imperceptibles pero que una tras otra acaban creando montañas de materia en descomposición a las que basta una chispa para explotar o
El paisaje
Sigo leyendo a Tranströmer. Poco a poco, de la única forma que sé leer la poesía que la historia o la frecuentación no me han hecho cercana y por lo tanto digerida. Hay un punto personal de encuentro con sus
El paisaje
Sigo leyendo a Tranströmer. Poco a poco, de la única forma que sé leer la poesía que la historia o la frecuentación no me han hecho cercana y por lo tanto digerida. Hay un punto personal de encuentro con sus
El cielo a medio hacer
Empiezo a leer a Tomas Tranströmer. Hay libros que abro y devoro. Este no va a ser así. Con este, El cielo a medio hacer, me sucede una cosa que preludia lo mejor. Lo abro, oteo un par de líneas
El cielo a medio hacer
Empiezo a leer a Tomas Tranströmer. Hay libros que abro y devoro. Este no va a ser así. Con este, El cielo a medio hacer, me sucede una cosa que preludia lo mejor. Lo abro, oteo un par de líneas